Colección: Artículos publicados | Publicación original: Medium | Imagen: Jorge Plaza Bárcena.

 

El cultivo de frutales es la principal actividad económica en Las Caderechas, de la cual existe constancia desde la Edad Media. Merecido reconocimiento tienen la ‘cereza’ y ‘manzana reineta’ del valle, pero también se cultivan otras muchas frutas y sus variedades. Hagamos un repaso por ellas.

 


 

 

INDICE

 

1. Explotación de la tierra

2. Mercados de la fruta

3. Cultivo de la manzana

4. La cereza y sus variedades

5. Otras frutas de Las Caderechas

Una tierra fértil y un especial microclima son las principales características que dotan al valle burgalés de Las Caderechas de las condiciones idóneas para la práctica agrícola. Situado en un extremo resguardado de la comarca de la comarca de la Bureba, las tierras de labor de este territorio se dedican principalmente al cultivo de frutales y a los productos de huerta.

Especialmente abundantes son los manzanos y cerezos, así como reconocidos sus frutos, debido a una especial localización protegida de los vientos dominantes, por su altitud por encima de 600 msnm y por los tipos de variedades aquí cultivadas.

La confluencia de todas estas circunstancias, confiere a los productos del valle de Caderechas de cualidades ciertamente apreciadas por los consumidores y (cada vez más) valoradas en los mercados de fruta.

 

1. Explotación de la tierra

 

El cultivo y recolección se realiza -en su mayor parte- de manera familiar en parcelas de tamaño reducido, como atestigua el hecho que aquí se las denomine “piezas”; resultado de la tradicional partición que se ha venido produciendo (durante siglos) entre propietarios y sus herederos.

Por el contrario y en las partes altas del valle, el tamaño de las parcelas o “fincas” resulta significativamente mayor, debido a que la plantación extensiva de frutales ha sido más reciente que en las localidades bajas; en ocasiones ganándole terreno a las áreas forestales.

 

Explotación de frutales, en las proximidades de Huéspeda (Burgos).

 

En Las Caderechas el cultivo de frutales es una actividad ancestral, teniendo constancia de espacios dedicados a este fin en documentación de principios del siglo XI y en la que se refiere a ellos como: “manzanales”.

 

El Catastro de Ensenada recogía, a mediados del siglo XVIII, la siguiente información en una de las localidad del valle, que nos sirve de ejemplo de los usos de la tierra y de los cultivos que se daban (ya) por aquel entonces:

 

«En las tierras y viñas que quedan declaradas hay plantados árboles frutales, como son manzanos, perales, cerezos, guindales, melocotones, ciruelos y nogales … los manzanos y perales están plantados la mayor parte en las tierras de regadío y algunos en las de secano y viñas, y las demás especies en las otras de secano.»

 

2. Mercados de la fruta

 

Hoy en día, la salida del producto es rápida, con destino a grandes plazas como Burgos, Bilbao y Vitoria; así como diversificado el destino final del producto, abasteciéndose con él a los mercados de producto fresco y a la industria confitera.

Antiguamente, eran los propios productores y tratantes quienes -por su cuenta- acercaban la fruta, con sus caballerías, a mercados de proximidad (Poza de la Sal, Medina…) y a otros más lejanos como: Santander, Burgos, Peñaranda y Roa.

Las Caderechas ha sido tradicionalmente tierra de ‘arrieros’, especialmente en pueblos como Cantabrana, Bentretea, Tamayo o Castellanos; donde la actividad llegó a ocupar a ½ de los hogares. Éstos transportaban productos del interior con destino a los puertos del Cantábrico, retornando con otros (aquí) menos habituales, como los pescados.

 

Parador de Agustín González, en el trazado del “Camino del pescado” (Villalta, Burgos).

 

3. El cultivo de la manzana

 

La recogida de la manzana en Las Caderechas se realiza normalmente durante los meses de septiembre y octubre, variando en función de la climatología del año y de la variedad recolectada.

Ésta se realiza de forma manual y su conservación resulta “natural”, sin el uso de cámaras de mantenimiento o maduración. Se distinguen dos tipos de manzana, en función de su fecha de salida al mercado:

 

  • Manzana de ‘temporada’ (hasta el 1 de noviembre).
  • Manzana de ‘bodega’ (a partir de esa fecha).

 

Se cultivan en Las Caderechas distintas variedades de manzana (frutos del, Malus doméstica), cada una de ellas con sus particulares características. Veamos cuáles son.

 

manzana Reineta

La variedad más sobresaliente es la ‘Reineta’, del francés «Reinette» (= la reina de las manzanas). Su característica acidez, acompañada de un alto contenido en azúcares, la hace especialmente apreciada en el mercado y apropiada con fines culinarios.

La recolección de la ‘Reineta’ se realiza durante el mes de octubre y se muestra aquí en dos de sus muchas variantes: la ‘Reineta Blanca’ (más ácida) y la ‘Reineta Gris’ (más equilibrada) con su herrumbre o moteado característico.

 

Desde el año 2004, la manzana del valle cuenta con el reconocimiento a su calidad por parte de la ‘Junta de Castilla y León’, a través de la distinción de la Marca de Garantía: “Manzana Reineta del valle de Las Caderechas”.

 

Ésta presenta una forma aplanada, más ancha que alta, y acabado irregular. Es un fruto climatérico (que sigue madurando después de recogida) y adquiere con el tiempo un color amarillento que se torna finalmente en intenso, pasando de la acidez a un sabor cada vez más dulce.

Su conservación es buena en lugares con condiciones ambientales apropiadas, como son las bodegas: con poca luz, humedad baja y temperatura constante; pudiendo alargarse su consumo hasta la primavera.

 

Racimos de manzana ‘Reineta’ del valle de Caderechas (Burgos).

 

tipo Diputación

De todas las manzanas presentes en el valle, la primera en ser recogida es la variedad ‘Diputación’; la cual, por su temprana disponibilidad, se la califica como manzana “agostera”.

Se trata ésta de una variante poco corriente de ‘Reineta’, que resulta crujiente y muy jugosa. Recibe este nombre por ser la Diputación de Burgos quien fomentó su introducción, procedente de los campos franceses.

 

variedades actuales (otras)

La variedad ‘Golden Delicious’ (o popularmente “Golden”) se distingue por su finura, jugosidad y dulzor. Se recoge a partir de mediados de septiembre. Esta manzana es una hibridación de origen norteamericano muy extendida y con mucha aceptación en el mercado, por sus altos contenidos en fructosa.

Por su parte, las variedades ‘Starking’ y ‘Royal Gala’ captan (fácilmente) la atención de los consumidores por su llamativo color rojizo. La primera, variante de la ‘Red Delicious’, se distingue por la forma más alargada y su color oscuro e intenso; frente al tono rojo-anaranjado de la ‘Royal Gala’.

 

variedades antiguas

El tipo de manzana predominante en otro tiempo fue la ‘Esperiega’, también llamada “Espiriega”. Ésta se caracteriza por su buena conservación y prolongada durabilidad, permitiendo ser consumida (muchos) meses después de su recolección.

 

Precisamente, ‘Esperiega’ viene a describir a aquel fruto que “espera” para ser consumido, incluso hasta el verano siguiente a su recolección. A diferencia de lo que se dice, merecidamente, de otros cultivos más delicados como la ‘pera’.

 

Originaria de la localidad valenciana de Ademuz, el cultivo de esta variedad en Las Caderechas ha desaparecido. Además de servir al autoconsumo, la dureza del fruto facilitaba su transporte, por lo que la mayor parte de la producción era enviada a mercados lejanos, como Levante y Andalucía.

La floración de la manzana ‘Esperiega’ era tardía, evitando con ello las temidas heladas. Su recogida se retrasaba hasta entrado el mes de noviembre y se distinguía por las pequeñas manchas rojizas (en el lado expuesto al sol), su jugosidad y especial dulzor; aunque también por una carne prieta y dura, hasta el exceso.

 

Cartel de la ‘Feria de la Reineta 2017’ (imagen: Asoc. productores y comerciantes).

 

En la provincia de Burgos tenemos un buen número de variedades autóctonas, aunque se encuentran arrinconadas frente al cultivo de otras más populares, como son las manzanas de tipo:

 

 

4. La cereza y sus variedades

 

La recolección de la cereza en Las Caderechas es tardía (de junio a agosto), dependiendo de las distintas variedades que se cultivan. Esta circunstancia aporta al fruto el “singular” equilibrio entre dulzor y acidez, que le hace tan característico.

El retraso en el proceso de maduración del fruto, asegura a la cereza de esta zona una mayor insolación (y azúcares) de lo habitual, así como una posición de mercado ventajosa en esas fechas avanzadas del año.

 

Por lo normal, la temporada de cerezas comienza en abril, siendo mayo y junio los meses principales. En Las Caderechas se inicia en el mes de junio y se prolonga durante los siguientes, cuando la producción nacional está ya en retroceso.

 

Racimos de cerezas del valle de Caderechas (Burgos).

 

principales variedades

Varios son los tipos de cerezas (frutos del, Prunus avium) que aquí se cultivan, destacando especialmente la ‘Fresona’ y la ‘Negra Tardía’. Cada variedad dispone de sus propias características organolépticas, con diferencias apreciables de sabor, olor y presencia.

La ‘Fresona’ (o Napoleón), tiene un fruto de tamaño medio y alargado, con sabor dulce y ligera acidez. Mientras, la ‘Negra Tardía’ (Roja de Milagro o Lampe) es un fruto de calibre menor, pulpa firme, color amarillento y un agradable dulzor.

 

más variedades

Hasta un decena de variedades aparecen en el valle de Caderechas. Desde las clases más tempranas como: ‘Burlat’ y ‘Summit’; pasando por las lustrosas y apetecibles: ‘Stark Hardy Giant’, ‘Sunburst’, ‘Rainier’ y ‘Van’; hasta llegar a la más tardía de todas, la tipo: ‘Lapins’.

 

Desde el año 2004, la cereza del valle dispone (también) del reconocimiento de calidad por parte de la ‘Junta de Castilla y León’, a través de la distinción de la Marca de Garantía: “Cereza del valle de Las Caderechas”.

 

Frutales en flor, en el valle de Caderechas (Burgos).

 

Por último nombrar una variedad en franco declive, como es la ‘Guinda Garrafal’. Éste es un fruto de pequeño calibre y forma aplastada, con un sabor intenso y agridulce. Su consumo fresco es menos apreciado que otras variedades, optando por ser macerado en aguardiente y obteniéndose un producto con grandes propiedades digestivas.

Enorme valor y especial interés es el que despiertan -durante su floración- los cerezos, manzanos y el resto de frutales del valle, quienes por su elevado número (y especial vistosidad) atraen a un gran número de visitantes todas las primaveras.

 

5. Otras frutas de Las Caderechas

 

Aunque no tan abundantes y afamados como los anteriores, también se cultivan en Las Caderechas otros muchos frutos, como: ciruela, melocotón, pera, higo-breva, jerba, níspero, membrillo… y así un largo etcétera.

 

peras (de verano a invierno)

Podemos encontrar aquí diversas variedades de pera (frutos del, Pyrus communis), con diferencias en la fecha de recolección, forma, color, sabor y textura. Entre las más habituales, destacan las peras de tipo:

 

  • ‘Blanquilla’ (recolectada a finales de agosto).
  • ‘Duquesa’ y ‘Matute’ (recogida en septiembre).
  • ‘Conferencia’ (a principios de octubre).
  • ‘Roma’ y ‘Cuchillo’ (ambas, peras de invierno).

 

Otras variedades menos frecuentes son las de tipo ‘Buena Luisa’, ‘limonera’ y ‘Moratini’, todas ellas de maduración temprana. Mientras que entre las invernales, hay que nombrar también la ‘Pasacasana’ de larga conservación.

 

Viñedo, cultivado en ‘espaldera’ (Quintanaopio, Burgos).

 

Especialmente jugosos resultan las ciruelas (frutos del, Prunus domestica) y melocotones (frutos del, Prunus persica), distinguiéndose bien sus tipologías en función del tamaño, forma, color y proporción de dulzor-acidez.

 

melocotones

En relación al agarre de la pulpa al hueso, tiende a diferenciarse entre los melocotones ‘Duraznos’ (o “rumiaderos”) y los melocotones ‘Abrideros’, éstos últimos de separación más sencilla.

Entre todas las variedades, destaca la ‘Pavía’, por su gran porte y vistosidad. Su carne es jugosa y amarilla, especialmente dulce y muy pegada al hueso. Es un tipo de fruta sensible a las heladas que se recoge durante los meses de verano.

 

De izda. a dcha. y de arriba hacia abajo: nueces (Juglans regia), jerbas (Sorbus domestica), almendras (prunus dulcis), avellanas (Corylus avellana), nísperos (Mespilus germanica) e higos (Ficus carica).

 

Los frutos secos están presentes en la zona, tanto de forma silvestre como cultivados; siendo la ‘nuez’ y la ‘avellana’ las especies más abundantes. Aunque en menor medida, podemos encontrar también campos con ‘almendras’.

 

ciruelas

Por su parte, la ciruela de cultivo presenta tres variedades principales:

 

  • ‘Claudia’ (redonda, dulce y con su verdor característico).
  • ‘Regañada’ (más alargada, amarga y de tono amarillento).
  • ‘Rosa’ (de mayor tamaño, sabor equilibrado y color rojo-morado).

 

Parecida a esta última resulta la ciruela silvestre o ‘endrina mayor’ (fruto del, Prunus insititia), con un tamaño muy inferior y un amargor sensiblemente superior.

 

Nota final

 

Por último apuntar que, además de las tierras reservadas al cultivo de los frutales, el paisaje del valle de Caderechas se encuentra mayormente dominado por el monte y bosque mediterráneo. Por esta razón, también es rico en frutos silvestres, así como en plantas aromáticas y medicinales de diversa índole.

 


 

 

Texto y fotografías:

 

Jorge Plaza Bárcena

 

Fuentes:

 

Asociación de Productores y Comerciantes de Las Caderechas (web).

“Catastro del Marqués de la Ensenada (1750–1754)”, de Somodevilla y Bengoechea, Zenón. Consulta >> Portal de Archivos Españoles — MCyD).

 

Otras fuentes y agradecimientos:

 

Al buen saber de las gentes, ¡gracias!

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