Colección: Artículos publicados | Publicación original: Medium | Imagen: Jorge Plaza Bárcena.
La generación eléctrica ha sido -junto a la molienda- uno de los principales aprovechamientos de la fuerza del agua empleados en Las Caderechas. Para lograrlo fue necesario valerse de su accidentada orografía y construir un conjunto de infraestructuras que aún podemos observar en el paisaje.
INDICE
1. Hidrología de la zona
2. Emplazamiento y características
3. Situación anterior
4. Central de Quintanaopio
5. Infraestructuras hidráulicas
6. Fin del servicio
El valle burgalés de Las Caderechas es un territorio reconocido principalmente por el cultivo de frutales y, también, por su llamativo relieve montuoso, en contraste con el resto de la cuenca burebana y sus amplios campos cerealistas.
Este abrupto paisaje es el resultado de la acción erosiva provocada por las corrientes fluviales y otros agentes implicados; creando en su discurrir importantes desniveles que van, desde los 1.000 msnm (aprox.) de la alta paramera, hasta cotas cercanas a los 600 en el fondo del valle.
1. Hidrología de la zona
El gran colector que conforma el páramo de Masa expulsa los excedentes pluviales (y nivales) a través de los numerosos manantiales que brotan por todo su contorno. Mientras, los múltiples torrentes y arroyos recogen esas surgencias y las canalizan, formando los cauces fluviales.
De esta manera es como las aguas de la vertiente noroeste del valle de Caderechas se agrupan en el arroyo de Ojeda, acogiendo las corrientes provenientes de Rucandio y Huéspeda; mientras el río Vadillo, hace lo propio con las que fluyen desde los sectores meridionales de Padrones y Hozabejas.
La toponimia refleja el importante papel que desempeñó el valioso elemento, siendo varios los pueblos con nombres alusivos al agua o a la acción de la misma, como: Aguas Cándidas, Rucandio, Hozabejas y Río-Quintanilla.
A continuación, ambos cauces principales -formados por el arroyo de Ojeda y el río Vadillo- convergen y discurren al unísono, bajo el nombre de río Caderechano, a partir de la localidad de Quintanaopio. Desde este punto, recorren los siguientes cinco kilómetros hasta su entronque con los ríos Homino y Oca, en las proximidades de Terminón.
2. Emplazamiento y características
Ligada al aprovechamiento de la fuerza del agua, todavía podemos distinguir los restos de lo que fue la central hidroeléctrica de Quintanaopio y algunas de las infraestructuras creadas para la generación de electricidad en el lugar.
El grueso de la instalación se situaba en el paraje conocido como “el risco”, aprovechando el copioso caudal que trae en ese tramo el río Vadillo; el cual -encajonado entre grandes paredes calizas- conforma una profunda garganta y salva un notable desnivel.
Se componía de un gran ‘pabellón’, dividido en dos pisos de altura desigual, donde (en la planta baja) se alojaba la maquinaria de generación y una vivienda superior en la que residía la familia encargada de su custodia¹.
La central hidroeléctrica de Quintanaopio era una instalación alimentada por un salto de agua, siguiendo el sistema de ‘tubería forzada’. Para ello se servía del caudal del río, tomado aguas arriba y transportado a través de un ‘canal’ de varios kilómetros de longitud, aún perfectamente visible y parcialmente transitable.
3. Situación anterior
Previamente a la construcción de la central de Quintanaopio, el suministro eléctrico de los pueblos del valle era inexistente o, en algún caso, provenía de una pequeña planta propiedad de la compañía ‘El Porvenir de Poza’, localizada en el paraje de “los molinos”; conocido así por acoger un buen número de aceñas harineras².
En este lugar, perteneciente al municipio de Poza de la Sal y localizada a caballo entre la villa salinera, Padrones y Salas de Bureba, se levantó en la segunda década del siglo XX una modesta instalación hidroeléctrica, aprovechando las aguas del manantial de “peña del gallo” que surgen a un kilómetro de distancia³.
El complejo de “los molinos” se componía de un edificio de planta baja en el que se ubicaba la maquinaria de producción, un ‘canal’ de alimentación y un pequeño ‘depósito’ de carga situado a 20 metros de altura.
La planta pozana fue parte de ese conjunto de “fábricas de luz” que nacieron en el primer cuarto de la centuria y que apostaban por pequeñas instalaciones hidroeléctricas de proximidad, como solución ante una creciente demanda y la poca eficiencia de los sistemas precedentes de generación, basados en la readaptación de antiguos molinos (entre otros)⁴.
La limitación y mala conservación de la central de “los molinos” obligaron introducir importantes mejoras en ella, así como a poner en funcionamiento otras instalaciones de nueva planta, que garantizasen un adecuado servicio.
4. Central de Quintanaopio
A finales de la década de los treinta, por iniciativa de la ‘Sociedad Eléctrica de Oña’ (Electra Oña), se levantó en la localidad de Quintanaopio una moderna central de generación. En 1941, esta planta proporcionaba alumbrado a las poblaciones de Cornudilla, Oña, Cantabrana y Salas de Bureba⁵.
En años posteriores, desde ésta se envío también energía a otras localidades del entorno, como: Río-Quintanilla, Aguas Cándidas, Padrones de Bureba, Bentretea, Terminón, Castellanos, Hermosilla… y a la tejera de Pino de Bureba.
pabellón principal
La central hidroeléctrica de Quintanaopio se componía de un edificio de planta rectangular, con un amplio espacio distribuido en alturas. Estaba construida con sencilla mampostería y ladrillos en esquinales, vanos y dinteles. La cubierta se disponía a dos aguas, con orientación N-S.
La planta inferior tenía el doble de altura, al acoger en ella el ‘cuarto de máquinas’ (o de potencia), mientras el piso superior se reservaba a uso residencial. Los accesos eran independientes, recurriendo a una larga escalera adosada al muro lateral para alcanzar la vivienda desde el exterior.
producción
La corriente eléctrica era generada mediante la precipitación del torrente de agua, dispuesto a unos 25 metros de altura, a través de una ‘tubería’ de acero (con algo menos) de 100 metros de longitud. Para ello, se desviaba el caudal del río en un tramo superior y transportaba, mediante un ‘canal’ artificial, hasta un ‘depósito’ final de carga.
El flujo de agua circulante a alta velocidad, cargado de energía cinética por la fuerte pendiente, provocaba el movimiento mecánico de la ‘turbina’ que era empleado por el ‘alternador’ (o generador) para producir la electricidad. A continuación, el ‘transformador’ elevaba convenientemente la tensión, posibilitando de esta forma su transporte.
En momentos de escasez de caudal, avería o mantenimiento, se recurría a un motor auxiliar de ‘gas pobre’; que actuaba como resultado del paso de oxígeno a través de una caldera de carbón y suplía temporalmente la acción motriz del agua.
distribución
Aunque la capacidad de generación de la nueva instalación era más que suficiente para su humilde cometido, la distribución no estuvo nunca exenta de problemas, al disponer de un sistema de cableado de escasa sección, montado sobre precarios postes de madera y primitivos aisladores cerámicos.
Todo lo cual se tradujo en frecuentes cortes de suministro, muy especialmente durante las nevadas invernales, episodios de fuerte viento y tormentas. Debía entonces recorrerse la línea para encontrar el punto de la avería, levantar el poste caído o realizar el empalme necesario.
operación y mantenimiento
A finales de la década de los 50, la central hidroeléctrica de Quintanaopio estaba (en ese tiempo) gestionada por Simón de Diego Arranz, de la empresa vallisoletana: ‘Hidroeléctrica María Teresa’.
Esta compañía disponía en la zona de varios empleados dedicados a la operación de la maquinaria y al mantenimiento de las instalaciones. Además, debían realizarse otras trabajos también necesarios, como el cobro (regular) de los recibos y la revisión de los tendidos eléctricos.
5. Infraestructuras hidráulicas
Además del ‘pabellón’ principal y la maquinaria de generación allí dispuesta, cabe destacar el conjunto de infraestructuras de captación, transporte y almacenamiento de aguas que se llevaron a cabo.
canal de derivación
Se componía de un acueducto de dos kilómetros (aprox.) de longitud, que tomaba las aguas del río Vadillo; redirigiendo parte de su caudal en un punto entre los dos barrios de Río-Quintanilla, después de haber recibido el valioso aporte del arroyo de Hozabejas.
El trazado del ‘canal’ de derivación cruzaba la Vega en dirección Norte hasta alcanzar las primeras pendientes del pico Castilviejo y -en adelante- seguía rigurosamente la línea de desnivel (700-690 msnm), durante todo el recorrido, hasta llegar al final de su trayecto.
Se trataba de un conducto abierto de sección trapezoidal de un metro de profundidad, con una anchura superior (aprox.) de metro y medio e inferior de uno. Las paredes interiores estaban revestidas con cemento hidráulico, hasta tres cuartas partes de su altura.
En su recorrido, hubo que salvar un profundo desfiladero que obligó a construir muros de contención y taludes, a realizar cortes y a excavar varias galerías en la roca. Se proyectó también un puente de una decena de metros, así como se habilitaron pasos superiores y aliviaderos (regulados con compuertas) en determinados puntos del trazado.
depósito de carga
En el último tramo del ‘canal’ de derivación, se construyó a veinticinco metros de altura, sobre la vertical del ‘pabellón’, un espacio de almacenaje de mayores dimensiones y profundidad. Además de asegurar un mínimo de carga, con él se evitaba la entrada de aire que añadiese sobrepresión y los temidos ‘golpes de ariete’.
En el fondo de este ‘depósito’ se alojaba la boca superior de la tubería -con forma de embudo- desde donde se precipitaba el caudal almacenado, con el fin de alimentar la ‘turbina’ situada en el extremo inferior.
Para salvaguardar y garantizar la plena operatividad del sistema, se instalaron en su interior ciertos elementos de protección, como muretes y enrejados que impedían la caída de objetos arrastrados por las aguas.
tubería forzada
Se denomina de esta manera al sistema de conducción del agua, en plantas hidroeléctricas, donde se utiliza una tubería para trasladar por gravedad el flujo desde un ‘depósito’ (o embalse) hasta la maquinaria de generación.
En la central de Quintanaopio la tubería disponía de un diámetro de unos treinta centímetros y discurría enteramente enterrada en una zanja, para mejorar su conservación, añadir un refuerzo extra y disipar las vibraciones que se originaban durante el proceso.
6. Fin del servicio
Las décadas posteriores vieron aumentar la demanda eléctrica, generalizándose el uso de la bombilla y la llegada de los electrodomésticos a los hogares. Las fábricas y talleres incorporaron maquinaria eléctrica, de modo que la capacidad de estas centrales resultaba ya insuficiente para atender el fuerte incremento de la demanda.
Asistimos entonces al nacimiento de los grandes proyectos de generación y a la concentración de las (pequeñas y medianas) instalaciones en manos de unas pocas compañías, respaldadas por los grandes bancos e industriales del país; así como, gradualmente a su cierre y desmantelamiento.
hidroeléctrica de Trespaderne
El embalse de Cereceda se proyectó en 1944, para lo cual se construyó un ‘canal’ de nueve kilómetros de longitud desde Valdivielso hasta la central que la compañía ‘Aduriz’ disponía en la localidad de Trespaderne⁶.
La nueva ‘central de Tedeja’ se inauguró en 1950 y se le estimó un aprovechamiento de 15.000 kW de potencia. La instalación pasó a manos de ‘Hidroeléctrica Ibérica’ y, desde allí, se suministró servicio al Norte de la provincia y a la industria pesada de Vizcaya.
hidroeléctrica de Quintana Martín Galíndez
Tiene su origen en una primitiva instalación de principios del siglo XX que fue también adquirida y modernizada, en los años cincuenta, por ‘Hidroeléctrica Ibérica’, para llevar energía al área metropolitana de Bilbao. Se trataba de una de las instalaciones de generación más importantes de su época.
Para ello, se dispuso un embalse en la localidad de Cillaperlata y un ‘canal’ de diez kilómetros hasta el ‘pabellón’ de producción situado en Quintana Martín Galíndez. Contaba éste con cuatro ‘turbinas’ de 1.000 caballos de potencia y una salida de 30.000 voltios de tensión.
Posteriormente, la explotación hidráulica en este sector del Ebro se amplió con la mejora de las instalaciones y la construcción, en la década de los cincuenta, de una gran presa en Sobrón; además de un ‘canal’ de alimentación y una potente central de generación, ubicados bajo la montaña.
nuclear de Santa María de Garoña
Levantada a finales de los sesenta, inició su actividad y enganche a la red en 1971. Disponía de un ‘reactor’ de segunda generación de la compañía GE, alimentado con ‘uranio’ enriquecido.
Resultado del calor de la fisión, el vapor de agua movía 3 ‘turbinas’ con una producción de 3.500–3.700 GWh al año. En diciembre de 2012 se produjo la última parada y en agosto de 2017 se tomó la decisión final de cierre.
hidroeléctrica de Quintanaopio
En los últimos años de servicio, la instalación fue adquirida por la familia ‘López Huidobro’, naturales de La Parte de Bureba; manteniéndose operativa hasta finales de la década de los setenta.
A partir de aquel momento, la central hidroeléctrica de Quintanaopio fue clausurada y su servicio reemplazado por el suministro ordinario de la compañía ‘Iberduero’ que hoy conocemos (actualmente, ‘Iberdrola’).
Consecuencia de más de cuarenta años de abandono, la instalación se encuentra completamente arruinada y la maquinaria tristemente desaparecida. Sin embargo, podemos (aún) disfrutar de la fachada del ‘pabellón’ principal y de la mayor parte de sus interesantes infraestructuras.
Texto y fotografías:
Enlace de interés:
Álbum fotográfico >> https://flic.kr/s/aHsmuWB9KS
Fuentes:
(1) “Aquellas viejas «fábricas de luz»: la explosión del mundo hidroeléctrico en la cuenca alta del Ebro”, Ojeda San Miguel, Ramón — Ayto. Miranda de Ebro, 1998.
(2) “Los Molinos y «El Porvenir de Poza»”, Blog Siente Padrones de Bureba — Marzo, 2020. Enlace >> sientepadronesdebureba.wp.com/2020/03/25
(3) “«El Porvenir de Poza» y la llegada de la electricidad a Poza de la Sal”, Blog de Jaime Urcelay — Abril, 2015. Enlace >> jaimeurcelay.me/2015/04/24
(4) “«El Porvenir de Poza» en los recuerdos de la familia de Ubaldo Vázquez, su último gestor”, Blog de Jaime Urcelay — Marzo, 2020. Enlace >> jaimeurcelay.me/2020/03/22
(5) Archivo Histórico Provincial de Burgos, O.P., Leg. 1124 y 1139.
(6) Aduriz Distribución SLU. Web>> aduriz.es/historia
Otras fuentes y agradecimientos:
Al buen saber de las gentes, ¡gracias!