Colección: Artículos publicados | Publicación original: Medium | Imagen: Jorge Plaza Bárcena.
Unas llamativas manchas blanquecinas salpican el singular paisaje de Las Caderechas. Se trata del ‘caolín’, una arcilla que cuenta con multitud de aplicaciones y cuya extracción a cielo abierto -durante décadas- ha creado exóticos parajes más propios de otros mundos.
INDICE
1. Características del mineral
2. Múltiples aplicaciones
3. Yacimientos y producción
4. Presencia en Las Caderechas
5. La mina de Río-Quintanilla
La caolinita es un mineral blanquecino que se presenta en la naturaleza normalmente en forma de arcilla y que dispone de multitud de usos industriales. Se trata realmente de un silicato (arena) de aluminio hidratado, formado a partir de la descomposición del feldespato de la roca de granito, por la acción del agua y del dióxido de carbono.
Las rocas arcillosas ricas en caolinita son conocidas como ‘caolín’ o arcilla de China (China clay). De hecho, la palabra ‘caolín’ deriva del nombre de la montaña Kao-Ling shan, en la provincia de Jiangxi (China). El término llegó a nosotros a través de los informes del padre Francois Xavier d’Entrecolles (jesuita francés del siglo XVIII) quien reveló en occidente los secretos de la composición y fabricación de la porcelana china.
1. Características del mineral
Como se indicaba anteriormente, el término ‘caolín’ engloba a todas aquellas arcillas en las que predomina el mineral de la caolinita. Entre las características generales con las que cuenta esta roca sedimentaria, podemos destacar: un ‘peso específico’ bajo (2,6), una ‘dureza’ escasa (2), un ‘color’ blanquecino (dependiendo de la cantidad de impurezas que contenga) y un ‘brillo’ que varía desde el nacarado hasta el terroso mate.
Su comportamiento inerte ante agentes químicos y sus cualidades completamente inodoras, inocuas y no abrasivas, le hacen adecuado para su utilización en la industria cosmética y alimentaria.
Dispone de importantes cualidades higroscópicas (absorbe el agua), plásticas (modelable) y extrusivas (expansible). Resulta aislante a la electricidad, altamente refractario a la luz y difícilmente fusible (incluso a altas temperaturas). Todo ello, confiere al ‘caolín’ de un gran poder de cubrición, absorción y aislamiento, convirtiéndolo así en un elemento preciado para múltiples y variopintos aprovechamientos…
2. Múltiples aplicaciones
En la industria agroquímica, el ‘caolín’ forma parte de los componentes con los que se fabrican insecticidas y pesticidas. Su uso es, de la misma manera, habitual -para el control de plagas agrícolas- en tratamientos naturales más propios de la agricultura ecológica.
Tiene importantes aplicaciones también en la fabricación de diversos materiales, como: cerámica (porcelanas finas, lozas, sanitarios de baño y objetos refractarios), papel (como recubrimiento de la pasta de celulosa), materiales de construcción (para rellenos y revestimientos), vidrio, pinturas, caucho y otros plásticos.
En el año 2002, la ‘caolinita’ y el ‘caolín’ se incluyeron dentro del catálogo de materias primas prioritarias del «Plan Nacional de Abastecimiento» (RD. 647/2002, de 5 de julio) junto con otras sustancias estratégicas como: carbón, cobre, cinc, cuarzo, estaño, hierro, manganeso, mercurio, plomo, etc.
Por sus cualidades antisépticas y capacidad de absorción, se utiliza también en la fabricación de aprestos (para almidonar), en medicamentos y cosméticos (como por ejemplo, cremas y mascarillas); así como muchos otros usos industriales (químicos) e, incluso, alimentarios (para forrajes).
3. Yacimientos y producción
A nivel mundial los mayores productores de ‘caolín’ son Brasil, China y EE.UU. En España las extracciones más importante se realizan en la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Aragón, Asturias y Galicia. Mientras, en Castilla y León encontramos yacimientos en Zamora, Burgos y Soria.
En la provincia de Burgos el ‘caolín’ aparece en lugares como la localidad de Hontoria del Pinar (junto a la provincia de Soria), en el valle de Mena, Pancorbo y San Miguel de Miranda de Ebro (al norte de la provincia) y, por último, (ya en la comarca de La Bureba) a orillas del curso bajo del río Oca y en el valle de Caderechas.
4. Presencia en Las Caderechas
Perfectamente distinguibles y llamativas a la vista resultan las numerosas manchas pálidas que salpican el paisaje de Las Caderechas, contrastando con los intensos tonos cromáticos característicos de los bosques y montes dominantes.
Sin embargo, estas manchas blanquecinas en el paisaje -resultado del afloramiento del material arenoso- aparecen de forma más numerosa y acentuada en ciertos sectores y pueblos del valle, como por ejemplo en: Huéspeda, Rucandio, Hozabejas, Río-Quintanilla, etc.
La presencia de ‘caolín’ o arcilla de China es el resultado de la descomposición del ‘feldespato’ de antiguas rocas graníticas (de origen volcánico) que en otro tiempo geológico (Cretácico inferior) se depositaron en este área.
Sabido es que la acción incansable del agua ha modelado la particular fisonomía del valle de Caderechas, conformando aquí una gran depresión de origen fluvial. Este hecho, unido a la presencia en el paisaje de estas surgencias de material, pudo (quizás y sólo quizás) determinar el nombre con el que sus primeros habitantes designaron alguno de los asentamientos en la zona, como: Rucandio (Río-cándido o blanco) y Aguas Cándidas (o blancas).
El aprovechamiento de la roca (o arena) de ‘caolín’ en Las Caderechas ha sido algo habitual, encontrando extracciones del material en varias de las localidades del valle y siendo aquí denominadas tradicionalmente e indistintamente como “minas” o “canteras”.
5. La mina de Río-Quintanilla
Especialmente significativa resulta la explotación de ‘caolín’ en la localidad de Río-Quintanilla, por la gran extensión del área de extracción, la enorme cantidad de material (re)movido y el aspecto lunar del paisaje que ha quedado conformado.
Conocida como “la mina”, se encuentra en las proximidades del barrio de Río (uno de los dos que conforman la localidad de Río-Quintanilla) y a la que se accede a través del camino que comunica con el pueblo vecino de Hozabejas.
Esta explotación industrial (denominada formalmente, como ‘La Dehesa’) estuvo en plena actividad hasta principios de los años 80 del siglo pasado, reduciendo progresivamente su producción hasta quedar prácticamente abandonada. De su máximo apogeo, aún son reconocibles sobre el terreno los restos de ciertas infraestructuras, como el muelle de carga, algún barracón y la balsa para la retención de aguas.
En los últimos años, la actividad en la mina de Río-Quintanilla se ha reanudado, extrayéndose nuevamente material de ella. La nueva explotación se centra exclusivamente en áridos naturales (arenas y gravas) con destino a la construcción; los cuales son enviados a la planta de transformación, situada en la localidad cercana de Las Vesgas, para su criba, lavado y selección.
Sin embargo, la explotación actual no resulta -en absoluto- tan intensiva como lo fue décadas atrás, llevándose a cabo de forma intermitente (de noviembre a Semana Santa) con el fin de limitar su impacto durante los meses centrales del año.
Texto y fotografías:
Fuentes:
Sociedad de Investigación y Explotación Minera de Castilla y León (web).
Otras fuentes y agradecimientos:
Al buen saber de las gentes, ¡gracias!